viernes, 27 de marzo de 2009

La Inmigración en España

Tradicionalmente España ha sido un país inmigrante. Las áreas de recepción de inmigrantes españoles han sido tres La americana, que hasta la década 1960-1969 fue el foco de atracción de la mayoría de emigrados.
En los últimos años del siglo XX España ha pasado de país que genera inmigrantes a país que recibe inmigrantes.
Las Comunidades Autónomas con mayor número de inmigrantes son Cataluña, Madrid, Andalucía, Valencia y Murcia.
Las ocupaciones mas frecuentes de los inmigrantes en España son:
-Trabajador agrícola. Se utilizan como mano de obra en el Levante Mediterráneo y en Andalucía.
-Vendedor ambulante. Las formas de venta son variadas pero las más extendidas son las de alfombras.
-Empleo no cualificado: Situaciones muy diversas desde cocineros a camareros de los restaurantes chinos, repartidores...
-Peonaje. Se utilizan en la construcción.
-Servicio doméstico. Es la ocupación más frecuente de las mujeres inmigrantes, destacan las dominicanas, peruanas colombianas y filipinas.
Emigraciones españolas no transoceánicas hasta principios del siglo XX
En siglos anteriores al XIX, concretamente desde la conquista de América, la emigración transoceánica de españoles hacia el Nuevo Mundo era constante hasta el siglo XVIII, fecha cronológica donde la política populacionista de los Borbones suprimía estos movimientos (si bien hubo un ingente número de viajeros clandestinos). En 1853 se abolió esta prohibición, centrándose de nuevo las partidas españolas a los recién emancipados estados americanos sobre todo. Aunque entre estos dos periodos se produjeron, concretamente hacia 1814, emigraciones políticas como la salida de los afrancesados u otros grupos, entre los que destacan carlistas y liberales, cuyos destinos fueron preferentemente Francia e Inglaterra. Anteriormente incluso puede hablarse de emigración forzosa al referirse a ciertas expulsiones de carácter religioso como la de los judíos en 1492 o la de los moriscos en 1609.
No obstante, es de sobra conocido que la historia de la población española de las décadas anteriores a la guerra civil no puede ser entendida sin señalar el importante flujo migratorio dirigido hacia Europa y el norte de África. Especialmente durante la segunda mitad del siglo XIX y hasta el comienzo de la Gran Guerra Europea , manteniéndose como focos principales de atracción para levantinos y baleares.
Estas migraciones hacia Europa y el Mediterráneo, durante la segunda mitad de la centuria decimonónica se centraron preferentemente entre Francia y Argelia. A partir de 1830 y hasta 1914 eran frecuentes los movimientos estacionales de agricultores a las explotaciones galas de forma temporal. Este tipo de salida se denominaba emigración golondrina, ya que se trataba de partidas anuales de ida y vuelta, y la procedencia de estas personas solía ser el campo valenciano, aunque también se daba el caso de movimientos de obreros de la construcción y empleados del servicio domestico, con carácter temporal y de igual forma, solo que, a diferencia de las emigraciones atlánticas, estos albañiles no trabajaban en la edificación de obras magnánimas como El Canal de Panamá.
Otro hecho fundamental que figura en los anales de la historia de las migraciones exteriores españolas fue el éxodo que se produjo fundamentalmente a las provincias norteafricanas del Magreb y el Oranesado, motivado este hecho por el resultado de las acciones bélicas emprendidas por la fuerza militar francesa que culminaron en la ocupación de Argelia en 1830, inmediatamente después se procedió a la colonización de este territorio.
La llegada de españoles a territorio argelino llego a superar incluso a los colonos franceses, alcanzando progresivamente hasta 1930 unos 300 000 residentes, provenientes sobre todo del campo levantino. Durante el transcurso de estos movimientos, muchas familias emigrantes se quedaron de forma permanente en el continente africano, continuando sus hijos las labores emprendidas por sus predecesores.
Un dato a destacar de esta emigración mediterránea fue la configuración de la sociedad argelina en la fase colonial, por parte de españoles, franceses y, en menor medida, de italianos y malteses.
HISTORIA
Durante toda la Edad Moderna la emigración transoceánica a las colonias de América es la dominante, además de las salidas forzosas de la expulsión de los judios y la expulsión de los moriscos. Con la independencia americana el movimiento migratorio no se detiene, centrándose durante buena parte del siglo XIX en Cuba, y continuando tras la independencia de ésta en 1898, así como en Argentina , México, Brasil, Uruguay, Chile , Venezuela y otros países americanos.
Desde 1814, con la salida de los afrancesados, comenzó el fenómeno del exilio o emigración política debido a la represión politica de grupos más o menos amplios de españoles. Los siguientes fueron grupos de liberales, cuyo destino también fue Francia o Inglaterra.
La guerra civil de 1936-1939 dio origen al exilio republicano, incomparablemente más numeroso, que se repartió por Europa e Iberoamérica . Entre tanto, y tras la ralentización que había supuesto la crisis de 1929, los movimientos migratorios tradicionales no se habían detenido ni cambiado los destinos preferentes (Cuba, Uruguay, México, Venezuela, Chile y Argentina...) hasta la salida de la autarquía y el plan de estabilización de 1959 (a principios de los 50 de crea el Instituto Español de Emigración), que significó el comienzo de una emigración masiva en dirección a la Europa reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial (más de un millón de personas, lo que representó el 70% de la emigración total en el periodo 1959-1973); simultáneamente al éxodo rural, del campo a la ciudad. Los destinos fueron sobre todo Francia, Alemania, Suiza, Bélgica y el Reino Unido, entre otros. Con anterioridad sólo se había producido emigración a Europa con la llamada emigración golondrina (anual de ida y vuelta) cuyo destino era las explotaciones agrícolas de Francia (habitual entre 1830 y la Primera Guerra Mundial de 1914), y que vuelve a producirse en esos años, sobre todo para la vendimia.
El fenómeno de la emigración española a Europa duró hasta la crisis de 1973, en que se detiene y es superado por el movimiento de retorno, que continuó varias décadas. A partir de los años 1980, y de forma más evidente desde la entrada de España en la Unión Europea, el movimiento migratorio más importante es la inmigración.

Emigración española al norte de África
La presencia de emigrantes españoles en el Magreb y en algunos otros puntos del continente africano se relaciona con la colonización iniciada durante el siglo XIX. Surge en 1983, cuando comienza la colonización francesa de Argelia, contando con unos 10.000 residentes españoles en 1841, que pasan a 115.000 en 1881, y a unos 160.000 en 1900. En 1930 había unos 300.000, y a partir de esa fecha el número desciende. Su origen geográfico eran zonas del Mediterráneo (provincias de Almería, Murcia, Alicante y las islas Baleares) con mayoría de varones agricultores que se dirigían a Orán y Argel. Esta emigración se debía a la crisis de la minería y la pobreza en los campos de esos territorios. En Argelia se ocupaban principalmente de la agricultura, siendo sólo unos pocos los que accedían a la propiedad de la tierra.

Rocio Jimenez, Maria Jose Corchero, Elizabet Gonzalez, Joselin Pazmiño

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